Abre una muestra en homenaje a Dora Ochoa de Masramón
A partir de este sábado 3 de febrero, en el natalicio de la eximia docente e investigadora, el público podrá disfrutar de una exposición con objetos personales donados por la familia. Se podrá visitar durante 21 días en el Museo de la Historia de San Luis.
Los visitantes y turistas que se acerquen al Muhsal podrán conocer el vestido de novia de Dora Ochoa de Masramón, calcos de pinturas rupestres, cartas que le enviaba al historiador Jesús Liberato Tobares, un alhajero personal antiguo y borradores de poemas, entre otras reliquias de la emblemática figura sanluiseña.
La muestra se inaugura este sábado y se podrá recorrer de lunes a viernes de 8:00 a 14:00 y de 16:00 a 22:00, mientras que los sábados, domingos y feriados será en horario corrido de 10:00 a 22:00.
Dora Ochoa de Masramón nació en Concarán, el 3 de febrero de 1908. Fue una destacada docente e investigadora. Después de graduarse como maestra normal nacional, dedicó 23 años a dirigir la Escuela Nacional Nº 256 en La Gramilla; y más tarde la Nº 217 en Pozo Cavado.
Casada con Justo Masramón en 1934, tuvo dos hijos, Enrique y Roberto. Su legado trasciende como investigadora apasionada de la ornitología, antropología y folclore de la región. Jubilada en 1958, se dedicó por completo a la investigación. Recopiló poesías, leyendas y costumbres de la cultura local.
Falleció el 11 de julio de 1991, siendo reconocida como ‘Tesoro Viviente de la Cultura Sanluiseña’.
Una vida dedicada a la investigación del pasado puntano
Su trabajo ‘Cien aves de San Luis’ mereció el premio de la Dirección de Cultura de San Luis (1957). A su vez, la Dirección de Cultura de la Nación le otorgó el premio correspondiente a la Región Centro por su trabajo ‘Folklore del Valle de Concarán’ (1960 – 1962). El Ministerio de Cultura y Educación le otorgó el premio nacional por la producción científica de la Región Centro, por su obra ‘Aves de San Luis’ (1974).
Fue expositora de las I° Jornadas Provinciales de Literatura Sanluiseña (1981). Realizó importantes estudios sobre arte rupestre y prehistoria que expuso en diferentes congresos y conferencias en su libro ‘Contribución al Estudio del Arte Rupestre en las Sierras Centrales de San Luis’ (1980). Su gran capacidad literaria le permitió desarrollar obras de carácter lírico como narrativo y dramático, como así también de literatura infantil. Tiene cantidad de obras publicadas, entre las que se destacan: Folklore del Valle de Concarán (1966), La Víbora Mamona (1965), Cantares Históricos de la Tradición Puntana (1970), Catilandia (1975), Villancicos en la Voz de la Tierra (1980), Animalitos del Señor (1982).