La Rioja: el puntano Wenceslao Pedernera fue proclamado beato
El oficio fue presidido por el cardenal Giovanni Angelo Becciu, enviado especial por el Papa Francisco.
La Iglesia católica proclamó beato al peón puntano Wenceslao Pedernera. Durante una multitudinaria Misa que se ofició en el Parque de la Ciudad, en La Rioja, el hombre que fuera asesinado por la dictadura militar en 1976, recibió esa bendición al igual que el obispo riojano Enrique Angelelli y los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville.
El oficio religioso fue presidido por el cardenal Giovanni Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las causas de los Santos, enviado especial por el Papa Francisco, al igual que el Nuncio Apostólico, León Kalenga, quienes estuvieron acompañados por el actual obispo de la diócesis de La Rioja, Dante Gustavo Braida.
En representación del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, asistieron a la ceremonia la senadora por el departamento Belgrano, Mabel Leyes, y la jefa del Programa Relaciones Institucionales y Culto del Ministerio de Gobierno, María Paz Ruggeri.
Las enviadas sanluiseñas fueron recibidas por el gobernador riojano, Sergio Casas, y otros funcionarios del Poder Ejecutivo de esa provincia.
Durante la Santa Misa, el enviado del Papa, Giovanni Angelo Becciu, dio la bendición del Papa Francisco para todos los presentes, unas 40 mil personas, y para las provincias originarias de los beatos.
El cardenal Becciu expresó el “saludo y abrazo del Papa Francisco”, después saludó a todos los feligreses que se acercaron hasta la explanada del predio. No solo fieles riojanos, sino también miles de peregrinos de todo el país que se acercaron para seguir de cerca la proclamación de los cuatro beatos.
“Modelo de virtud y fortaleza de la fe hasta el martirio”, expresó el cardenal para dar paso, ante la emoción de la multitud, a escribir en el libro de los beatos el nombre de Wenceslao Pedernera, Monseñor Enrique Angelelli, del presbítero Gabriel Longueville y del sacerdote Carlos de Dios Murias.
Con la lectura de Carta Apostólica del Papa Francisco se proclamó beatos a los mártires: “Después de haber obtenido el parecer de la congregación de la causa de los santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que los siervos de Dios: Enrique Ángel Angelelli Carletti, obispo de La Rioja, Gabriel Rogelio Longueville, sacerdote diocesano, Carlos de Dios Murias, sacerdote de la orden de frailes menores y Wenceslao Pedernera, padre de familia, todos mártires fieles de Cristo, de ahora en adelante sean llamados beatos y que sea celebrado cada año y según las reglas establecidas, el 17 de julio día del nacimiento al cielo”, determinó el enviado del Sumo Pontífice.
Cómo se vivió por dentro
La jornada del sábado difícilmente pueda ser olvidada por los habitantes de La Calera.
En la iglesia de la localidad permanercerá el recuerdo de Wenceslao a través de una placa conmemorativa, en una emotiva ceremonia encabezada por el obispo Pedro Daniel Martínez , el cura Raúl Chaves y la presidenta de la Asociación Católica Puntana de San Luis, María Paulina Montaña.
El legado se perpetuó en la sangra a través de los parientes del flamante beato. Su hermano Mariano Pedernera y sus sobrinos Bibiana y Mario presenciaron de cerca el acto que simbolizó el respeto y la memoria del Padre.
El pueblo también lo vio en vivo. Una pantalla en el SUM de la Municipalidad permitió a unas cuarenta personas presenciar en vivo la beatificación que comenzó cerca de las 10.
Los asistentes tomaron chocolatada y comieron facturas para amenizar el agitado día emocional de los feligreses.
No fue un día más. La emoción y alegría se palpaba en la cara de los ciudadanos. Fue una jornada importante para el pueblo, para los grandes que conocen la historia de Wenceslao y para los jóvenes que la están descubriendo ahora. Los treintañeros tienen contacto con los familiares del beato y, de a poco, se enteran de su historia a través de sus palabras.
Por eso, la Iglesia quiere realizar estampillas con la imagen de Wenceslao para que su vida se conozca dentro y fuera de La Calera.
Fuente: Diario de la Republica