Villa de la Quebrada, capital de la fe
Al llegar Semana Santa, las sierras son testigos de las miles de muestras de devoción y de fe. San Luis es una provincia con dos fuertes polos de turismo religioso: nuestra vecina Villa de la Quebrada y Renca. A un mes de sus respectivas fiestas patronales en mayo, gente de todo el país visita los santuarios para renovar y cumplir promesas en esta festividad del cristianismo.
Desde placas en mármol o granito con los nombres de familias enteras agradecidas, hasta cartas en un simple papel blanco, en cada una de las 14 estaciones del Vía Crucis en Villa de la Quebrada demuestran por qué esta localidad es llamada “capital de la fe”. Cualquier objeto es válido como ofrenda, una simple colita para el pelo, un pañuelo, un peluche o un llavero.
Un olor profundo a cera de restos de velas, flores y aire místico impregnan el camino del Vía Crucis en el Cerro Tinajas. En la entrada da la bienvenida una figura de la Virgen de Lourdes. En subida y en un camino hormigonado, comienza la peregrinación en la que desde días previos al 3 de mayo, Día del Cristo de la Quebrada, los fieles suelen ir cuesta arriba arrodillados.
A tan solo 10 minutos de Nogolí y a 40 kilómetros de la capital puntana, el santuario de Villa de la Quebrada alberga con su historia de fe, a promesantes y devotos de todo el país, que visitan el pueblo. Los oriundos de la Villa esperan a los turistas y puntanos que se acercan al Cristo.
Comidas caseras y sobre todo algún recuerdo tangible de su visita ofrecen los comerciantes de la zona. Este es el caso de Ana Woronko, que vive hace 40 años en Villa de la Quebrada y que junto a su familia son propietarios de los principales locales al costado de la iglesia.
“Tener la autopista es fundamental porque conecta mucho más todo y llega gente de distintos puntos del país. Además, al tener un papa argentino, la gente se ha acercado más a la Iglesia. Para estos días visitan el pueblo los turistas y después, en mayo, para la fiesta del Cristo de la Quebrada, suele haber más de 100.000 personas”, afirmó Woronko. La señora, que fabrica dulces caseros y tiene en su local un comedor, es una fiel devota del Cristo del lugar. “Le debo al Cristo de la Quebrada tres vidas, porque me salvó tres veces”, recuerda emocionada.
Desde un imán para el auto, signo de augurio de buen viaje, una imagen de 70 centímetros de algún Santo, un rosario, denario o hasta un crucifijo en ónix o madera son algunas de las artesanías religiosas que ofrecen los negocios.
La iglesia de Villa de la Quebrada ofrece diariamente dos misas, una a las 11:00 y otra a las 19:00. Además, la parroquia ofrece la bendición a los automóviles y sus propietarios que deseen así hacerlo.
Fuente: ANSL