Los puntanos compran menos libros

Los puntanos compran menos libros

Las ventas cayeron un 35% en el año. Dicen que la inflación y la suba de precios afectan al sector. Los libreros agregan el factor cultural.

En un mundo cada vez más digitalizado, interactivo y dominado por las pantallas, el papel como soporte de contenidos libra una dura batalla. Y también parece tener su correlato en San Luis. Las librerías en territorio capitalino tuvieron una merma del 35% en sus ventas este año, y sólo quedan dos en la ciudad que se dedican a comerciar productos sin uso. En los negocios del sector atribuyen el retroceso principalmente a la inflación que carcome los sueldos, la suba de precios en los productos que ronda el 30 por ciento, las fotocopias, y la venta directa de las editoriales en las escuelas. Aunque no descartan elementos culturales que llevan al consumo de otros productos y dejan a los textos fuera de escena.

Pablo Anello, propietario de la tradicional Librería Anello, indicó que, en un momento, hubo cinco negocios del rubro, pero que a pesar de la disminución en la competencia la curva de ventas sigue en declive. Al respecto, mencionó que en el mercado capitalino sólo lo acompañan hoy Babel, y otros dos comercios que se dedican a vender productos usados, más algunos supermercados. Pero consideró que el problema central es el estado de la economía del país. “Todo ha subido y los sueldos están prácticamente igual. El elevado costo de vida es lo que hace privativa la lectura”, dijo. Y descartó que el formato electrónico sea por el momento un rival determinante, ya que muchos consumidores de PDF o libros electrónicos, luego de leer en esas herramientas terminan comprando la versión en papel.

Además, señaló el inconveniente de que los manuales y libros de texto que podrían ayudar a repuntar en temporada de clase, son ofrecidos sin intermediación por las editoriales en las aulas. “Es algo no reglamentado, una venta en negro, porque no se tributan nada. Es una competencia desleal. Y en general el margen de ganancia no es grande, ronda el 25 por ciento, porque se vende al precio fijado en Buenos Aires, sin contar costos y fletes. Hemos denunciado la situación, con pruebas y no pasó nada. Uno sigue vendiendo por los clientes. Pero cada vez conviene menos”, detalló. Otra medida de orden nacional que es negativa para el negocio, según Anello, es la gran cantidad de feriados, que puede ayudar al sector gastronómico o los bares pero no a sectores como el librero.

Un factor que también afecta a las librerías es el mercado de la fotocopia. Susana Bustos, propietaria de la Librería Babel, señaló que paradójicamente replicar un libro a veces es sólo 30 pesos más barato, y que muchos cuando lo advierten, lógicamente eligen comprar el original. En este punto, lanzó una queja hacia los docentes, que muchas veces instan a los chicos a copiar textos enteros, cuando se trata de una actividad ilegal. Aunque, a su entender, lo cultural influye fuertemente en la situación. “El libro está desvalorizado. Llega gente con celulares de alta gama, que cuestan 5 mil pesos, y piden rebajas en textos que cuestan 100 pesos, lo que vale una pizza. Es un problema cultural argentino. No entienden que es una inversión, lo toman como un gasto”, lamentó. Para graficar, agregó que se acercó previo a Navidad a algunas tarjetas para conseguir algún plan especial para estimular las ventas, y el rubro directamente no lo tienen categorizado.

Fuente: El Diario de la República

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Categories: CULTURA
Tags: educacion